Cuando asistes a una cita de fisioterapia por una lesión musculoesquelética, el fisioterapeuta probablemente utilice varias modalidades de tratamiento, dependiendo de la naturaleza de tu lesión.
Por ejemplo, es posible que te apliquen estimulación eléctrica muscular (EMS), te hagan estiramientos pasivos para mejorar el rango de movimiento o incluso te sometan a técnicas como el dry needling (punción seca).
Otra técnica potencialmente utilizada en entornos de fisioterapia, así como en masajes, terapias corporales, acupuntura y otras prácticas de medicina oriental, es el “muscle scraping” o raspado muscular.
El raspado muscular es una forma de terapia manual que se dice acelera el proceso de curación de tejidos blandos como los músculos, tendones, ligamentos y la fascia.
Si nunca has experimentado el raspado muscular, puede resultar un poco incómodo o incluso generar ansiedad. Sin embargo, siempre que se realice correctamente, esta técnica no solo es segura, sino que también puede ayudar a tus tejidos a sanar de manera más eficiente.
En este artículo, cubriremos los fundamentos del raspado muscular, incluyendo los beneficios de la terapia de raspado, cómo funciona y las diferencias entre el raspado muscular y el Gua Sha.
En este artículo cubriremos:
- ¿Qué es el Raspado Muscular?
- ¿Cuáles son los Beneficios del Raspado Muscular?
- Cómo Realizar el Raspado Muscular
¡Vamos a empezar!
¿Qué es el Raspado Muscular?
El raspado muscular es una técnica de terapia manual que se considera efectiva para acelerar la curación de tejidos blandos lesionados, como músculos, tendones, ligamentos y fascia.
Para realizar el raspado muscular, se utiliza una pequeña herramienta conocida como “muscle scraper”, que se desliza suavemente sobre las áreas de tejido blando con el fin de descomponer adherencias y tejido cicatricial que se forman como resultado de traumas o lesiones en los músculos o tejidos conectivos.
Algunos fisioterapeutas también utilizan una herramienta especializada en una versión de la técnica llamada movilización de tejidos blandos asistida por instrumentos (IASTM, por sus siglas en inglés). Esta herramienta permite aplicar más presión sobre los tejidos.
El raspado muscular puede utilizarse para tratar diversos tipos de lesiones de tejidos blandos, como esguinces de tobillo u otros esguinces de ligamentos, músculos tirados, fascitis plantar, síndrome de la banda iliotibial, tendinitis de Aquiles y espasmos en la espalda o lesiones de tejidos blandos en esta área.
El raspado muscular también puede considerarse una forma de Gua Sha, una técnica curativa utilizada en la medicina tradicional de Asia Oriental para aliviar el dolor muscular y la tensión.
Gua Sha también emplea una herramienta de raspado para movilizar suavemente los tejidos, lo que se dice que ayuda a mover el “chi” (energía) por el cuerpo, mientras descompone el tejido conectivo y las adherencias.
¿Cuáles son los Beneficios del Raspado Muscular?
El raspado muscular puede sonar como un proceso doloroso y hasta intimidante, por lo que una de las primeras preguntas que suele surgir es: “¿Es seguro el raspado muscular?”
Siempre que sea realizado adecuadamente por un profesional capacitado, el raspado muscular es seguro.
La cantidad de presión que se aplica para raspar los tejidos blandos con una herramienta apropiada no es suficiente para dañar tus tejidos.
Al contrario, se reportan varios beneficios del raspado muscular, entre los cuales se incluyen los siguientes:
#1: Aumenta la Circulación
El raspado muscular puede aumentar la circulación y el flujo sanguíneo hacia los tejidos blandos.
Dado que la sangre transporta oxígeno y nutrientes esenciales, como los aminoácidos, necesarios para reparar las proteínas musculares dañadas y las fibras estructurales de los tejidos conectivos, cuando se mejora la perfusión sanguínea en estos tejidos, se promueve una mejor nutrición y, en consecuencia, una curación más rápida.
#2: Puede Descomponer el Tejido Cicatricial
Cuando los tejidos blandos se dañan, puede formarse tejido cicatricial. Este tipo de tejido es mucho menos flexible y elástico que las fibras normales de los músculos o los tejidos conectivos.
De este modo, el tejido cicatricial genera nudos, zonas tensas o adherencias en el tejido lesionado, lo que compromete la movilidad y el funcionamiento de los músculos, tendones o ligamentos.
Por ejemplo, si visualizas el músculo del bíceps, puedes imaginar las largas fibras musculares paralelas agrupadas que se extienden desde el hombro hasta el codo.
Si sufres un desgarro parcial en el bíceps, algunas de las fibras musculares se romperán y ya no se extenderán completamente desde el origen del músculo en el hombro hasta el punto de inserción en el codo.
En lugar de eso, se enrollarán parcialmente y endurecerán, ya que el tejido cicatricial es más grueso e inelástico en comparación con las células musculares normales.
Imagina el tejido cicatricial en un músculo o tendón como un nudo en un árbol o una pieza de madera. En lugar de ser paralelo a la veta de la madera, el nudo forma una torcedura en la estructura, reduciendo la resistencia de la tabla.
El tejido cicatricial en un músculo o tendón actúa de manera similar. Además, este tejido no es contráctil, a diferencia de las fibras musculares normales.
Por lo tanto, cuando realizas, por ejemplo, una flexión de bíceps, tu capacidad para generar fuerza se ve reducida, ya que algunas de tus fibras musculares no pueden contraerse completamente.
Aunque el tejido cicatricial es un paso importante en el proceso de curación inicial, cuando persiste y se incorpora al tejido de manera más permanente, la función del tejido puede verse comprometida.
#3: Puede Reducir el Dolor
Ya mencionamos cómo el tejido cicatricial puede comprometer la movilidad y la función, pero los problemas no terminan ahí: el tejido cicatricial también puede causar dolor.
El tejido cicatricial suele ser más grueso que el tejido muscular normal o el tejido conectivo que reemplaza, por lo que las áreas de cicatrices tienden a estar tensas y pueden ejercer presión sobre estructuras circundantes, como otras fibras de tejidos blandos, vasos sanguíneos o nervios.
Esto puede resultar en dolor y más disfunción.
Por tanto, uno de los beneficios principales del raspado muscular es la reducción del dolor al descomponer el tejido cicatricial y las adherencias, y aumentar el flujo sanguíneo para promover la curación.
Además, se cree que el raspado muscular disminuye la percepción del dolor mediante la teoría de la puerta del dolor. Según esta teoría, el movimiento de raspado contra la piel y los tejidos blandos actúa como un contrairritante que distrae al cerebro del dolor original que intentas tratar.
En esencia, la sensación de incomodidad generada por el raspado llega al cerebro más rápido que las señales de dolor de la lesión, lo que hace que ese dolor sea menos molesto.
La evidencia sugiere que el raspado muscular o el Gua Sha pueden reducir la magnitud del dolor crónico en el cuello.
#4: Puede Reducir la Inflamación
Estudios sugieren que el raspado muscular promueve la producción de compuestos antiinflamatorios.
Además, los efectos antiinflamatorios y analgésicos han demostrado durar más que los de una compresa caliente cuando se utiliza para tratar el dolor lumbar.
#5: Puede Mejorar el Rendimiento
Algunos estudios han encontrado que los tratamientos con raspado muscular pueden mejorar el rendimiento en el ejercicio, incluyendo la fuerza en el levantamiento de pesas y la percepción del esfuerzo, así como la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
#6: Puede Acelerar la Curación
La mayoría de los fisioterapeutas afirman que uno de los principales beneficios del raspado muscular es que puede acelerar la curación y reducir el tiempo de tratamiento.
Al aumentar la circulación, disminuir la inflamación y optimizar la salud de los tejidos, el raspado muscular prepara al cuerpo para reparar y recuperarse más rápido.
Además, este proceso puede estimular directamente una respuesta de curación más pronunciada.
El tratamiento esencialmente actúa como un microtrauma o lesión en el tejido, lo que alerta al cuerpo para que sane el área subyacente.
Por esta razón, el raspado muscular puede ser particularmente útil en casos de lesiones crónicas o de larga duración que nunca se curaron por completo.
Eventualmente, el cuerpo acepta el tejido cicatricial como tejido sano y deja de percibir la necesidad de continuar con la reparación de la zona afectada.
Debido a que la señal de reparación ya no se envía al cerebro, los recursos dejan de dirigirse al sitio de la lesión, lo que provoca que la lesión permanezca en un estado de curación incompleta.
El raspado muscular provoca suficientes perturbaciones en los tejidos blandos para que el cuerpo detecte el daño y retome el proceso de curación de la lesión anterior.
Cómo Realizar el Raspado Muscular
Aunque lo ideal es recibir tratamientos de raspado muscular por parte de un profesional capacitado, si cuentas con una herramienta de raspado, puedes realizar un tratamiento básico en casa.
Aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Elige una herramienta de raspado y la zona del cuerpo que deseas tratar. Es preferible empezar con un área accesible que tenga tejido cicatricial acumulado.
- Aplica una capa delgada de emoliente (loción, aceite, vaselina) en la zona que deseas tratar. No necesitas aplicar mucho.
- Aplica presión moderada en el borde de la herramienta de raspado mientras realizas movimientos unidireccionales. Es muy importante no cambiar de dirección.
- Realiza el raspado durante 15 segundos, luego desplázate ligeramente hacia otra dirección y continúa con la misma presión y dirección.
- Continúa con la siguiente área. Nuevamente, aplica presión moderada y mantén los movimientos unidireccionales.
- Al terminar, limpia la piel y asegúrate de beber mucha agua.
El raspado muscular puede resultar algo incómodo, pero muchas personas encuentran que conduce a una curación más rápida, menos dolor y una mejor funcionalidad.
¿Buscas otras formas de tratamiento para los músculos adoloridos? ¿Has considerado la terapia de luz roja? Para más información, consulta nuestra guía sobre la terapia de luz roja para la recuperación muscular.