Correr estando enfermo: guía práctica + 5 consejos para una salud óptima

¡Correr mientras estás enfermo puede ser un laberinto emocionante y desafiante en el mundo del ejercicio! ¿Te has preguntado alguna vez qué hacer cuando te sientes hecho polvo pero ansías esa carrera matutina? ¡Prepárate para explorar este territorio complejo y misterioso!

¿Qué ocurre si te levantas con un dolor de cabeza, dolor de garganta o, peor aún, dolores corporales y fiebre? ¿Sigues adelante y mantienes tu rutina, o te relajas y dejas que tu cuerpo se recupere?

En este artículo, te enseñaremos cómo distinguir si estás realmente enfermo o simplemente te sientes algo mal. También te ofreceremos consejos prácticos para mantener tu estilo de vida activo mientras estás enfermo y te daremos cinco consejos para correr mientras estás enfermo.

Discutiremos:

  • Correr durante una enfermedad estacional
  • Cómo determinar si estás enfermo o simplemente te sientes mal
  • Correr mientras estás enfermo con un resfriado
  • Nutrición mientras estás enfermo
  • Hidratación mientras estás enfermo
  • ¿Puede el ejercicio empeorar la enfermedad?
  • ¿Cuándo deberías volver a hacer ejercicio después de estar enfermo?
  • ¿Qué tipo de ejercicio es mejor cuando estás recuperándote de una enfermedad?
  • Qué considerar al correr mientras estás enfermo
  • 5 consejos para correr mientras estás enfermo

¿Listo para adentrarte en esta aventura?

¡Comencemos!

Woman sick on a couch blowing her nose looking at the computer.

Correr Durante Enfermedades Estacionales

¡Los meses de invierno son famosos por las enfermedades! Pasamos más tiempo en interiores, las personas se reúnen en espacios reducidos y la luz solar diaria disminuye. En estas circunstancias, nuestra inclinación natural es hibernar.
No es que la gente no se enferme durante todo el año, pero la falta general de vitamina D del sol natural y la reducción del movimiento general estresan la capacidad de nuestro sistema inmunológico para combatir infecciones.

La primavera, el verano y el otoño traen desafíos únicos para el sistema inmunológico a medida que cambian las temperaturas y las flores desafían a aquellos con alergias. Los alérgicos suelen poder distinguir entre la alergia y la enfermedad, y las pistas suelen basarse en la temporada.

¡Es muy bueno para la salud general salir al exterior en invierno, siempre que tengas el equipo adecuado para el frío!

¿Estás Enfermo o Solo Te Sientes Mal?

A veces es difícil distinguir entre sentirse mal por un resfriado o dolor de garganta y estar enfermo.
Un virus o bacteria no deseado que abruma tu sistema inmunológico puede hacerte sentir bastante mal, y es esencial conocer la diferencia entre tener un “resfriado” o estar enfermo por algo como la “gripe”.

Resfriados de Invierno

Te despiertas con dolor de garganta y tal vez un moqueo por la mañana. ¿Qué es, y cómo sabes si tienes un resfriado? Los síntomas más comunes de un resfriado son:

  • Dolor de cabeza
  • Mocos claros
  • Dolor de garganta
  • Tos seca leve (sin producción de mucosidad)

La mayoría de los resfriados son causados por virus, y el cuerpo lucha contra los virus produciendo glóbulos blancos que los atacan. Si tu sistema inmunológico es fuerte, tu cuerpo debería poder enfrentarse al “resfriado común” y avanzar hacia la recuperación total, que es cuando comienzas a sentirte mejor.

A man lying down holding his forehead.

La Gripe

Pero, ¿qué pasa si lo que tienes es algo peor, como la gripe?
Los síntomas más comunes de una enfermedad gripal son similares a los de un resfriado, pero hay diferencias distintas que debes tener en cuenta:

  • Dolor de cabeza
  • Mocos que se vuelven espesos y verdes o amarillos
  • Dolor de garganta con posible inflamación de los ganglios linfáticos
  • Tos con producción de mucosidad
  • FIEBRE (37.7 grados centígrados o 100 grados Fahrenheit)

Una cepa del virus de la influenza causa la gripe, y el cuerpo combate esto de la misma manera que los virus del resfriado común, pero la influenza puede hacer que las personas se sientan mucho más enfermas que un simple resfriado.
Si tienes acceso a la vacuna contra la gripe y puedes recibirla en otoño, esta es una excelente manera de ayudarte a mantener la actividad. La vacuna contra la gripe contiene una parte del virus que permite a tu sistema inmunológico recordarlo y combatirlo más rápido y eficientemente una vez que tu cuerpo lo encuentre de nuevo.

Lo mismo sucede cuando combatimos un virus que causa resfriado. Si tu sistema inmunológico es fuerte, tu cuerpo debería poder enfrentarse a la gripe y avanzar hacia la recuperación total.

Correr Mientras Estás Enfermo con un Resfriado

Aunque te sientas mal, correr o hacer un poco de entrenamiento de fuerza ligero cuando estás enfermo con un resfriado generalmente no es perjudicial y puede ayudarte a recuperarte más rápido. La actividad generalizada mantiene tus fluidos circulando y los músculos y articulaciones sueltos, y te permite utilizar mejor el oxígeno y eliminar toxinas.
¿Deberías correr mientras estás enfermo?

La mayoría de los expertos médicos te dirán que la respuesta depende de varios factores, como tu tolerancia al malestar, qué tan graves son los síntomas y qué síntomas tienes.

Puede estar bien correr o hacer entrenamiento de fuerza con dolor de cabeza o un resfriado leve, pero es mejor quedarse en casa, regenerarse con líquidos y descanso si comienzas a tener fiebre. Algunos médicos recomendarán lo siguiente: si tus síntomas se limitan a dolor de cabeza y moqueo, continuar con la actividad es aceptable.

El tipo y la intensidad de cada actividad variarán según cómo te sientas.

A diferencia de empujar tus límites cuando te sientes bien, empujar tus limitaciones físicas cuando estás enfermo puede dificultar que tu cuerpo repare tus músculos y combata la infección.

Está bien no esforzarse al máximo durante un entrenamiento cuando estás enfermo. La actividad cardiovascular ligera como caminar, estirarse con yoga o una sesión fácil de pilates será buena para tu salud general.

A small chalkboard with the words

La Nutrición es Importante, Especialmente Cuando Estás Enfermo

Mantener una nutrición óptima mientras estás enfermo es esencial para apoyar a tu sistema inmunológico, que ya está trabajando arduamente. Así como mantener la actividad física es fundamental para superar la enfermedad, no olvides continuar con tus suplementos o complementar con otros como vitamina C, vitamina E, vitamina A, ácido fólico, hierro, selenio y zinc.

Vitamina D

Si vives en el hemisferio norte, es probable que no estés recibiendo suficiente luz solar, que es la mejor fuente de vitamina D. La vitamina D es vital para mantener el funcionamiento normal del sistema inmunológico, ayudar a absorber calcio y fósforo, y también puede ayudar a regular el estado de ánimo.

Los suplementos están disponibles en la mayoría de los lugares. Además, tu médico puede verificar rápidamente los niveles de vitamina D en sangre y recetar un suplemento si es necesario.

Algunos alimentos ricos en vitamina D son pescado enlatado, salmón, leche, yogur, yemas de huevo, champiñones, productos de soja y bebidas de kéfir. ¡Si no tienes acceso a frutas y verduras frescas, las congeladas pueden ser igual de buenas! La mayoría de las verduras y frutas congeladas se cosechan en su punto óptimo de madurez y se congelan de inmediato, por lo que mantienen un estado de valor nutricional óptimo.
5 diferentes tazones pequeños llenos de suplementos.

Otros Suplementos

Otras vitaminas y minerales necesarios para una salud sólida del sistema inmunológico son vitamina C, vitamina E, vitamina A, ácido fólico, hierro, selenio y zinc. Todos estos están disponibles fácilmente en una variedad de verduras y frutas. Las sopas y estofados son excelentes formas de mantener el consumo de vegetales en los meses de invierno, y los caldos calientes ayudarán a tu cuerpo a absorber los nutrientes.

Hidratación Mientras Estás Enfermo: No Solo para Veranos Sudorosos

La deshidratación en los meses de invierno es común! Durante los meses en los que nos sentimos más frescos, es natural beber menos. Sin embargo, cuando haces ejercicio en clima frío, tu cuerpo suda tanto como en temperaturas más cálidas, no lo reconocemos y nuestros mecanismos de sed pueden no activarse con tanta frecuencia.

Estar deshidratado no es saludable porque no permite un funcionamiento óptimo del sistema cardiovascular, musculoesquelético o inmunológico. Cuando estás enfermo, es aún más importante mantenerse hidratado para comenzar a recuperarse más rápido.
Un vaso de agua con rodajas de limón.

¿Puede el Running Empeorar mi Enfermedad?

Someter tu cuerpo a un ejercicio riguroso también estresa tu sistema inmunológico. Cuando ejercitamos, el sistema inmunológico está ocupado reparando pequeñas roturas en nuestros músculos, y el oxígeno se entrega preferentemente a los grupos musculares que trabajan más duro. Por lo tanto, el cuerpo tiene que esforzarse aún más para combatir la infección.

Si estás luchando contra un resfriado o algo peor, quieres poder resistir la infección con todos tus sistemas funcionando a capacidad óptima.

Sin embargo, si tienes un resfriado leve (síntomas de cuello para arriba y sin fiebre), el ejercicio ligero podría ayudarte a recuperarte más rápido. Si desarrollas fiebre o tos, este es el momento de renunciar a correr y tal vez hacer trabajos de bajo impacto como estiramiento o yoga suave.

¿Cuándo Debería Regresar al Ejercicio?

El mejor momento para volver a tu rutina regular se basa en cómo te sientes y si tus síntomas mejoran.

Cada persona se recupera a un ritmo diferente. Algunas personas se sienten mejor corriendo después de que pasa la fiebre, pero el dolor de cabeza permanece. Otros prefieren esperar hasta sentirse completamente de vuelta a la “normalidad” antes de salir a correr o hacer ejercicio.

Otro aspecto a considerar es evitar el ejercicio en grupo cuando estés enfermo. La mayoría de los resfriados y casos de gripe presentan secreción nasal y tos, y podrías poner en riesgo a otros si llevas la enfermedad al gimnasio.

Si no estás completamente recuperado pero quieres moverte, considera correr afuera. El aire fresco es mejor para tu salud general que estar en interiores.
Una mujer caminando en una carretera.

¿Qué Tipo de Ejercicio es Mejor al Recuperarse de una Enfermedad?

El tipo de ejercicio que elijas depende de varios factores, incluido tu nivel de condición física inicial, la gravedad de la enfermedad, los síntomas residuales y los niveles de energía. Debes prestar atención a todos estos al considerar cómo volver a tu rutina de ejercicio.

Por ejemplo, si tuviste un resfriado durante varios días y estuviste principalmente sedentario, comienza con una caminata rápida afuera y observa cómo te sientes. Si tu ritmo cardíaco se mantiene estable y tu respiración no está agitada, podrías aumentar a un trote o carrera.

Si tuviste gripe y no pudiste hacer mucho de nada, es posible que desees volver de manera más gradual con estiramientos suaves y una caminata. Si tus síntomas regresan o empeoran, es posible que desees consultar con un médico antes de volver al ejercicio para asegurarte de que estés completamente recuperado.

Qué Considerar al Correr Estando Enfermo

Las claves para seguir corriendo y activo cuando estás bajo el clima son: reducir la intensidad, protegerte de los elementos y la hidratación. Echemos un vistazo a estos aspectos con un poco más de detalle:

#1: Reducción de Intensidad

Si estás acostumbrado a correr a cierto nivel de intensidad, considera reducirlo en un 10-20% si te sientes mal. Tu cuerpo puede ser capaz de mantener la misma duración, pero la menor intensidad te permitirá recuperarte más rápido de la carrera y de tu enfermedad.

#2: Protección Contra los Elementos

¿Sabías que el 7 por ciento del calor que produces se pierde por la cabeza? En general, la cantidad de calor perdido es proporcional a la cantidad de piel descubierta. Dependiendo del clima, cubre esas áreas expuestas.

La ropa que absorbe la humedad es la mejor. Perdemos mucho calor de nuestros cuerpos mientras usamos ropa mojada. También es sabio mantener el aire caliente entrando en tus pulmones, para que nuestros mecanismos de eliminación de la infección funcionen bien; una vez que inhalamos aire frío, nuestros vasos sanguíneos y vías respiratorias tienden a cerrarse y no funcionan tan bien como cuando están completamente abiertos.
¿Correr estando enfermo? Abrígate. Aquí tenemos a una mujer trotando con mangas largas, guantes y una banda para la cabeza cálida.

#3: Hidratación

Sudar es la forma de enfriamiento evaporativo de nuestro cuerpo, y el viento seca el sudor y nuestra piel muy rápidamente, por lo que tendemos a perder más humedad en condiciones ventosas. Asegúrate de beber mucha agua antes y después de tu carrera y muchas bebidas calientes como té caliente, agua caliente con limón (vitamina C), caldos y sopas a lo largo del día.

Cinco Consejos Para Correr Estando Enfermo

Aquí tienes cinco consejos para correr estando enfermo durante todo el año:

  1. Hidrátate a menudo antes y después de correr con un enfoque en reponer más de lo que crees que perdiste, especialmente en los meses más fríos.
  2. Viste ropa adecuada para el clima, bloquea el viento y usa una bufanda para correr para calentar tu aliento si es un día frío.
  3. Reduce la intensidad de tu rutina normal de ejercicios.
  4. Ejercítate solo, y afuera si es posible.
  5. No olvides que las caminatas suaves, el estiramiento o el yoga y la meditación son actividades fantásticas para apoyarte como corredor ¡y excelentes para hacer cuando estás enfermo!

Ahora que puedes determinar si correr estando enfermo es una buena opción para ti y cuáles son las alternativas si correr no es la mejor opción, ¡intentemos evitar enfermarnos en primer lugar! Aquí tienes algunos consejos útiles para una alimentación saludable para corredores para mantener sus cuerpos en óptimas condiciones:

Guía de Nutrición para Corredores: Qué Comer para Corredores

Las Mejores Dietas Populares Para Corredores: 3 Opciones Saludables
Una mujer con las piernas cruzadas realizando una postura de yoga.

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